EL CHAMÁN
MEDIADOR ENTRE EL MUNDO VISIBLE Y EL INVISIBLE
El chamán es una persona ordinaria con la habilidad de mediar entre el mundo visible de la forma y la materia y el mundo invisible de la energía y el espíritu. Para el chamán no hay un mundo sobrenatural, todos los mundos son reales y naturales. Sólo existe el mundo natural, con sus diversas dimensiones visibles e invisibles a los ojos físicos. Para los ojos energéticos todos son visibles.
En
estos últimos siglos, la ciencia ha desestimado el misterioso mundo de los
antiguos. Los microscopios electrónicos permiten mirar profundamente en el
corazón de la materia, a lo invisible como los “espíritus” se les ha catalogado
como a los microbios, y los telescopios espaciales nos muestran que detrás del
cielo azul no hay cielo, sino sólo una vasta oscuridad del espacio. La búsqueda
de la explicación única que pueda unir a todas las fuerzas observadas en
nuestro universo es un juego que salió de la semilla de las religiones y de la
espiritualidad y se ha convertido en la búsqueda del todo.
Hoy
en día muchos de nosotros nos sentimos obligados a describir nuestro arte y la
práctica de utilizar un lenguaje similar al de la física cuántica, en un
intento de dar a las artes
chamánicas más credibilidad. Pero esto devalúa la tradición que desde hace más
de 50.000 años tiene el chamanismo.
La primera evidencia que tenemos de las prácticas chamánicas es el del descubrimiento de un entierro Neandertal encontrado en una cueva de Shanidar, en las montañas de Zagros de Kurdistán, en Irak. Hallaron un hombre de unos 30 años enterrado en posición fetal, y su cuerpo deliberadamente cubierto de flores; y muchas de estas plantas, incluían Milenrama, Aciano, Cardo de San Bernabé, Jacinto de Uva, Cola de Caballo y Romero; que como se sabe tienen propiedades medicinales. Así que incluso antes de la aparición de los humanos modernos (Homo Sapiens) parecen haber existido las prácticas chamánicas.
El chamanismo es una práctica espiritual, un modo de vida, no una religión. Las prácticas espirituales se basan en la experiencia personal y directa, y son aplicables a otros que optan voluntariamente por someterse a las prácticas e iniciaciones. La religión, por otro lado, se basa en las creencias. Los maestros y ancianos sabios de los Andes dicen que, “… las religiones son simples conceptos de la espiritualidad, valores, normas, principios, verdades comunicadas en la forma de una historia que utiliza la poesía y la metáfora para ilustrar la sabiduría. Las historias que se han contado una y otra vez hasta que incluso sus adornos adquieren un significado profundo y lo figurativo se toma literalmente, y las lecciones se aprenden. Y los sacerdotes se dedicaron a ser cuidadores de una historia que no era la suya.”
“Pero el chamán es el autor de su historia, el creador de sus mitos. Es su propio maestro. Un chamán tiene un pie en este mundo, y un pie en el mundo del espíritu. Con los sacerdotes religiosos y en la escuela, yo he aprendido las lecciones de los demás. Con los sabios y sacerdotes chamanes he aprendido mis propias lecciones. Ellos me han enseñado que la conciencia la que crea nuestra realidad despierta una conciencia universal, un vasto mar que es navegable. La mayoría de las personas se contentan con vivir en la tierra, y en el mar que conocen, y ellos lo saben, tal y como esto se les aparece y lo ven a través de sus costas. Pero también es posible adentrarse en ese otro mar, conocerlo plenamente, navegando por el mar, pudiendo cruzarlo, sumergiéndose para conocer sus profundidades. El chamán es alguien que ha aprendido a cómo nadar y navegar, a cómo navegar por ese mar y volver a la tierra. Y así poder comunicar sus maravillas a su pueblo.”
La formación chamánica suele seguir el camino conocido por los griegos de la antigüedad como el viaje del sanador herido, durante el cual el chamán desarrolla sus poderes y habilidades mientras cura de sus heridas. Ha de curarse primero a sí mismo antes de poder hacer lo mismo para con los demás. El chamán es diferente del misticismo, ya que también aprende a pasar por un proceso de curación y descubrimiento del mundo invisible de la energía y el espíritu. El chamán se dedica al servicio de su comunidad, mientras que el místico se dedica a la vivencia de su propia experiencia de lo divino.
Algunos
maestros de los Andes y Centroamérica creen que los nuevos chamanes, los nuevos
cuidadores de la tierra, vendrán de otras tierras, de otras culturas. Que se
cree que muchos de los llamados a esta labor se habían sentado juntos muchas
veces antes alrededor de un fuego en las Grandes Llanuras, con el búfalo detrás
de ellos, o meditando sobre la línea de nieve en un templo de piedra, como los
construidos en altares incas y mayas. Que en otras vidas fueron como ellos y
vivieron en esas tierras.
También es importante diferenciar el chamán del hechicero, incluso pensaban que sus caminos y sus enseñanzas eran similares. El chamán acumula poder personal para servir a su comunidad. El hechicero acumula el poder personal para su beneficio personal.
El
chamán es un hombre ordinario, con una vida ordinaria poseedor de habilidades
extraordinarias, capaz de viajar a las otras realidades y de descubrir
respuestas y soluciones de las otras realidades, y aprenderlas y recogerlas,
para que le ayuden a él y a su comunidad en esta nuestra realidad.
Angakkaana
Angakkaana